jueves, 3 de julio de 2008

Cuando ellas van al baño, el 66% de los hombres mira a otras


Prefieren hacerlo en vez de hablar con sus amigos cuando ellas parten al baño en grupo. Es la opinión de los lectores de la versión digital de UNO.

Una pregunta frecuente entre los hombres es por qué las chicas van en grupo al baño. Pero nadie habla sobré qué hacen ellos mientras las esperan. En la encuesta de la versión digital de UNO, donde votaron 1.870 personas, el 66% confesó que aprovechan ese momento para mirar a otras mujeres.

La respuesta está contraindicada para celosas, y es una realidad que la sexóloga Alejandrina Román de Giro explicó de acuerdo con su conocimiento sobre filogenética: “El hombre tiene grabado en su inconsciente que debe buscar la mayor cantidad de parejas que pueda para dejar su semen”.

Como mirar no significa que el coqueteo termine en la cama, el hombre se conforma con que la muchacha le corresponda con la mirada.

“El macho tiene la necesidad de ser confirmado, que la hembra lo observe y lo elija”, agregó la profesional.

Es una actitud innata que se acentúa mientras más insegura es la persona.

“A ellos les gusta alardear, y si están acompañados de una pareja atractiva y otra chica los mira más valiosos se sienten”, detalló.

En la encuesta había otras opciones, como aprovechar la ausencia de las amigas que van al baño para compartir intimidades, contar chistes, hablar por celular, quejarse o burlarse de la demora en el toilette. Esta última obtuvo 7%.

La sexóloga opinó que el hombre se dedica a mirar porque es reservado con sus sentimientos.

“Tienen como un mandato de que, por ejemplo, a partir de los 15 deben saber todo sobre sexo y preguntar sería una debilidad. En cambio, nosotras en temas íntimos nos consolamos entre sí, no tenemos problemas en confesar una carencia, pedir un consejo”, dijo.

La socióloga Graciela Cousinet especificó que los hombres son más impersonales, se reúnen para compartir un asado, ver fútbol, alquilar una cancha para hacer deporte.

“Nosotras hablamos de nuestras inquietudes, necesidades. El objetivo de nuestro encuentro es la conversación, pedir consejos, desahogarse”, puntualizó.


Las mujeres también echan el ojo
La licenciada aseguró que las chicas también son de observar al sexo opuesto.

“La salvedad es que cuando una lo hace es porque está dispuesta a tener un acercamiento con el otro. Es difícil que organicemos salidas sólo para mirar, mientras ellos sí”, manifestó.

Al preguntarle si mirar se puede confundir con infidelidad, Cousinet aclaró que no, porque es lo normal.

Aun así para los más fundamentalistas en el tema del engaño, éste no sólo se da en el aspecto sexual sino en otras variables como el volcar demasiado afecto hacia los hijos, familiares, alguna amistad o simplemente al trabajo.

En este sentido, volcar la vista para el lado puede ser un síntoma preocupante si significa estar buscando la atención de otros ojos.

¿Por qué van juntas?
En la encuesta digital de UNO, el 15 por ciento respondió que cuando las chicas van al baño en grupo ellos piensan de qué pueden estar hablando ellas.

Para esclarecer el mito de por qué las van acompañadas al toilette hay un sitio en Internet que da en el clavo con gracia: http://caminoasermujer.blogspot.com.

Allí un anónimo explica que se va en grupo por solidaridad: “Una te aguanta el bolso y el saco, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa el papel higiénico por debajo, y así es mucho más sencillo y rápido ya que sólo tenés que concentrarte en mantener la posición (de no tocar el inodoro con las nalgas)”.

Esa es una respuesta para justificar los detalles técnicos de aquellos baños que no tienen para colgar la cartera, el piso suele estar con líquidos de origen dudoso y el picaporte anda mal.

Algunos definen otras razones como que existe el grupo de las indecisas, tímidas e inseguras, que tienen miedo de que por el camino les suceda algo, como que alguien les pida el teléfono.

Otras aprovechan ese instante para retocar su maquillaje. También están las que van de a dos para entrar juntas al baño. Economizan agua y tiempo.

Sobre lo que hablan, depende de la edad. Las adolescentes pueden instruirse sobre chicos, ropa, los padres, vicios. En otras edades los temas son variados: infidelidades, trabajo, los niños, los préstamos, los jefes. Casi no hablan de la ropa.

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