
Lo reveló la encuesta semanal del portal digital del diario. Otros aumentos, como la ropa, el transporte y los servicios, son analizados por economistas.
El 64% de los lectores que contestaron la última encuesta digital de UNO dijeron que entre los aumentos de las últimas semanas el que más les afecta es el del precio de los alimentos. Por lo reflejado en los resultados (ver gráfico), mucho menos han sentido las subas en la indumentaria, el transporte y los servicios.
Pero los especialistas en economía advierten que en marzo se sentirá el real efecto de los incrementos de la ropa, el boleto del micro y el reajuste del agua, la luz y el gas. “Son una bomba de tiempo”, dijo el licenciado José Vargas, de Evaluecon, sobre estos ítems. “Una olla de presión que puede explotar”, señaló, por su parte, el economista Alejandro Trapé, del Centro de Investigaciones Económicas de la UNCuyo.
De 2.395 respuestas, el 64% contestó que le afecta en mayor medida el alza de los alimentos, el 3,8% se ve resentido con los precios de la indumentaria, el 19% se preocupa por los servicios y al 13,2% le perjudica más el valor del transporte.
Vargas aseguró que “recién a fines de este mes se sentirán los aumentos, porque el gas no se consume tanto como en invierno, y sobre la luz hay que esperar a que llegue la facturación. Sin embargo, los servicios públicos y la canasta escolar han subido de manera sustancial”.
La relativa calma que ha tenido en los últimos tres meses la canasta alimentaria podría revertirse a partir de marzo, aseguró Vargas, con “una inflación del 2% mensual”.
Explicó que todos estos aumentos son una bomba de tiempo porque, en el caso de la luz –aún el Gobierno no define cuál será el porcentaje de incremento para familias y empresas, pero podría oscilar entre el 5 y el 15%– “generará problemas, porque si las cuentas son altas en las industrias, éstas trasladarán los aumentos a los precios”.
“Por eso el Gobierno analiza que las familias paguen más, pues de lo contrario ocurre que el consumidor cancela menos luz, pero después tiene doble imposición cuando las industrias aumentan sus precios. Creo que las tarifas estuvieron mucho tiempo congeladas, y lo aconsejable habría sido que en el 2007 o 2008, que fueron años de bonanza, se hubieran hecho esos reajustes. Ahora, con la recesión, esto crea más indigencia”, opinó Vargas.
Su consejo es que la gente “consuma lo necesario, no entre en pánico y mantenga el poder de compra. Es decir, que si tenía pensado adquirir un bien durable, éste es el momento oportuno, porque se han desplomado los precios, ya que nadie los compra”.
Sobre el 3,8% de los lectores que dijeron que les afecta la inflación en la indumentaria, el profesional recordó que es un sector que cuando hay incertidumbre no se consume, y por eso hay liquidaciones de todo tipo. Desde la Cámara de Indumentaria difundieron datos de las pérdidas para el comercio que esto conlleva, y que rondan el 25% (ver aparte).
El panorama desde la UNCuyo
El economista Trapé expresó que en enero la canasta alimentaria aumentó 0,1% (de $992 a $993) por la sobreproducción de frutas y verduras, sin embargo, “en marzo la estacionalidad cambia y las perspectivas no son buenas”.
A su entender, la inflación no será del 2% mensual como prevé Vargas, y tampoco “llegará a los índices del 25% anual como en el 2008”, pero con seguridad “este año estará entre el 16 y 18%”.
Detalló que será menor al 2% mensual, pues “en el mundo la demanda de alimentos bajó, porque se ha preferido ahorrar”, y eso ayuda a que los precios no se disparen.
Según Trapé, el reajuste del transporte, el boleto y los servicios se juntará con el incremento de los alimentos en marzo, y eso “fue una mala decisión política, porque es una olla de presión que se acumula, y los valores tendrían que haberse ajustado de a poco”.
Cayó mucho la venta de ropa
Mientras los lectores que respondieron la encuesta de UNO aseguran que lo que más les afecta es el aumento de los alimentos, lo que menos trascendencia tiene para estos internautas es la indumentaria.
Alejandro Suriano, de la Cámara Indumentaria, aseveró que esto se nota en que “las ventas cayeron 25porciento en comparación al año pasado, y los precios han tenido bajas del 25porciento al 50porciento”.
Por la incertidumbre, explicó que tuvieron que crearse liquidaciones, “porque no hay mucha venta”.
“Estamos con una deflación, que durará hasta marzo o abril, cuando esperamos que los precios vuelvan a la normalidad”, dijo.
Luego dijo que los útiles escolares están 10porciento más caros que el año pasado, “cuando podría ser bastante más”. No obstante, Diario UNO consultó la semana pasada a referentes del sector que aseguraron que la suba en elementos para el estudio llegan a 30porciento.
“El cliente debe entender que nosotros no generamos precios, sino que lo hace la industria. Además, no hemos sabido nada de los planes que lanzó la presidenta Cristina Fernández, (sobre la venta de zapatos escolares a $50)”, aseguró.

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