
Así lo establece una encuesta de UNO digital en la que participaron más de 3.000 internautas. Distintas opiniones y análisis de los especialistas.
El 90% de los lectores que contestaron la encuesta de la versión digital de UNO cree que la Vendimia no es la fiesta de los cosechadores.
Para el actor Golondrina Ruiz, quien este año interpretará a un cosechador durante el Acto Central de la Vendimia, esta impresión de los lectores puede responder a que por muchos años “la fiesta incorporó temas más universales como Baco, Dios del vino, o detalles de otras culturas. Sin embargo, cada vez nos acercamos más a su esencia”.
“La fiesta de la cosecha se hace en la misma viña. Y trasladar eso a un escenario significa renunciar a lo espontáneo, natural y genuino. Aun así, este año se reflejará el mundo interior del agricultor. Sus esperanzas, angustias, miedos y miserias, que es lo que le da forma al ser humano. En ese sentido, el director Walter Neira pretende mostrar un paisaje genuino de nuestro hombre de campo, con su característico tesón y voluntad que le sirvieron para hacer de este desierto un vergel”, opinó.
A su modo de entender, no hay que olvidar que también es una fiesta para atraer turistas y que ineludiblemente tiene una cuestión política de fondo: “Los visitantes vienen a Mendoza por dos íconos, el Aconcagua y la Vendimia. Con la fiesta ellos quieren ser conocedores de nuestra cultura, historia, lo que significa pertenecer a un pueblo. Paralelamente, el gobierno quiere que sea el mejor reflejo de nuestra provincia y cada político querrá hacer la mejor fiesta”, aseguró.
Una vista histórica
Dos conocedores de la Vendimia desde sus inicios, el periodista e investigador Fabián Sevilla y Elvira Búcolo, del Archivo General de la Provincia, recordaron que en 1936 el gobernador Guillermo Cano la propuso como una instancia para celebrar la culminación de un año de trabajo y para dar a conocer la industria del vino.
Es un acto creado por el Estado
Con una postura más radical, Sevilla argumentó que la Vendimia “nunca fue la fiesta de los cosechadores”, porque no es una fiesta popular que celebran espontáneamente los ciudadanos como lo es un carnaval, sino que “es un acto oficial creado por el Estado, que elige honrar el símbolo del cosechador, pero celebrando su aspecto positivo”, para promocionar el turismo y la actividad. Él entiende que tener convocatoria masiva no es ser popular, sino que este último término se sustenta si la propia gente organiza la fiesta. “Sin embargo, no existiría si no es por el Estado”, detalló.
“Nunca muestran al cosechador en su totalidad. Lo intentan pero se quedan a medio camino, porque es una fiesta para festejar, y de su realidad se tocan pocos elementos. Jamás se va a criticar el precio del tacho de la uva”, comentó.
Sevilla aclaró que ser oficial no significa que sea política, pues sólo la de 1974 tuvo un contenido político al estar en el poder Domingo Perón y pretender mostrar a Argentina como potencia.
Es la culminación de un
año de trabajo
En una opinión distinta, Elvira Búcolo cree que sí es la fiesta de los cosechadores, pero por supuesto no hay que olvidar que además de festejar la culminación de un año de trabajo, “Guillermo Cano dispuso en uno de los considerandos que es uno de los medios para dar a conocer la industria del vino, los productos de la provincia como los frutos secos y para atraer al turista, quien de esta forma conoce la idiosincrasia de celebrar el esfuerzo coronado con la cosecha”.
Búcolo considera que la fiesta representó al cosechador “más que nunca y con el tiempo se incorporaron otros cuadros, como el de la comunidad boliviana”.
“Por eso –agregó– no se puede ser tajante de que es un fiesta sólo para el turismo, porque en las recorridas que he hecho a las fiestas departamentales la ceremonia es esperada por el pueblo. Van caminando por los surcos y llevan su silla. Noto que ellos necesitan participar”.
Vespa: “Todo evoluciona”
En la encuesta de la versión digital de UNO, apenas el 10porciento cree que la Fiesta de la Vendimia sigue siendo de los cosechadores. Una de las personas que dependen directamente de la industria de la vid, Ángel Vespa, titular de Bodegas de Argentina, opinó que todos pueden tener su punto de vista, pero si se comienza a hilar fino “otras provincias podrían pedir que se celebre en otras localidades, ya que es una fiesta nacional”.
“Por supuesto, la fiesta nació en Mendoza y aquí se produce el 70porciento de la actividad. Pero otra provincia productora podría perfectamente reclamar”, remató.
Con su visión, el empresario quiso reflejar que, si bien con el tiempo algunos consideran que no refleja al cosechador, hay que aceptar que “todo evoluciona”.
“Así como las bodegas de hace 100 años no son las de ahora, hay que entender que la fiesta tomó una trascendencia nacional e internacional. Por ello es una instancia para agasajar a todos y hacer de ello una atracción. De hecho, participa más gente que viene de afuera y aun así se empieza a vivir desde enero en cada distrito”, expresó.

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