
Lo revela la encuesta de UNO digital. Perder kilos vale más que moldear el rostro o una prótesis. La obesidad, según la OMS, es la “epidemia metabólica del siglo”.
Informe: Cecilia Amadeo/ camadeo@diariouno.net.ar
Sacarse rápidamente los kilos de más parece ser la ilusión que alimenta a casi la mitad de los lectores de UNO digital que respondió a la pregunta: “Si tuvieras $10.000 para una cirugía estética, ¿qué harías?”. Es que, con el 48%, más de 1.500 cibernautas fantasearon con someterse a una liposucción, un procedimiento que permite, de acuerdo con las condiciones del paciente y la parte del cuerpo a intervenir, quitar entre dos y cuatro kilos de grasa en una sola cirugía.
Del resto de los cibernautas, la mitad se imaginó con un busto más grande (27%) y el resto se repartió entre retocarse la cara (17%) o tener una mejor cola (8%).
La obesidad ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud como la “epidemia metabólica del siglo XXI”, un fenómeno que disminuye las expectativas y la calidad de vida de individuos de todas las edades, repercutiendo tanto en su familia y su comunidad como en la sociedad en su conjunto.
Los pocos datos estadísticos sobre el tema que hay en Argentina indican que en nuestro país cerca del 50% de la población tiene problemas de sobrepeso.
Según Carlos Mira Blanco, con sus 42 años de cirujano plástico y sus credenciales como miembro de las sociedades Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y de la Internacional de Estética, los resultados del sondeo “están reflejando los cánones culturales que imponen la televisión o las revistas: ser delgado, tener buen busto, lucir joven”.
Basta con hojear cualquier ejemplar de esos que se encuentran en la peluquería o hacer un zapping en horario central para corroborar que lo que hoy vende es la delgadez.
Sin embargo, la sociedad actual genera una especie de paradoja: “A medida que la gente tiene más sobrepeso, más delgado es el ideal al que se pretende llegar”, razona Graciela Cousinet, socióloga y vicedecana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo.
Es que, según la experta, las sociedades tienden a generar personas con sobrepeso o incluso obesas, poniendo a su disposición alimentos industrializados con altos contenidos calóricos, pero a su vez coloca en la vidriera “modelos aberrantes que exageran la delgadez”.
El cóctel se combina con trabajos cada vez más sedentarios o que no requieren un alto costo energético, sobre todo los relacionados con el sector de servicios, el comercio o los administrativos, “generando un modelo de vida que no tiene que ver con el modelo de perfección. Es un mecanismo perverso, porque se muestra una cosa pero se ofrece otra”, reflexiona la socióloga.
Lo quiero ¡ya!
Que la liposucción se haya llevado la mitad de los votos también es un síntoma de estos tiempos: la rapidez, el deseo de solucionar todo ya, sin demoras y, sobre todo, sin esfuerzos.
“Se le busca a la frustración de no poder llegar al ideal una solución quirúrgica, cuando el sobrepeso en la mayoría de los casos tiene soluciones no quirúrgicas, como las dietas o la actividad física. Pero, como demandan tiempo y esfuerzo, interfieren con la necesidad del ‘todo ya’, con la dificultad de esperar”, expresa.
Los hombres también
Como era de esperarse, el modelo de la delgadez no es sólo para mujeres.
Mira Blanco revela que el 20% de los pacientes que visitan su clínica son hombres y que de ellos entre el 10% y 15% consulta abiertamente acerca de la posibilidad de someterse a una liposucción.
Pero del dicho al hecho hay un largo trecho. “Consultan, se sacan las dudas pero luego al quirófano llega entre el 7% y el 10% de los que preguntaron”.
Antes se reducían el busto
“Hace 40 años, cuando comencé mi carrera, las mujeres se reducían el busto y hoy vienen para agrandarlo. Hasta hace unos inviernos, operaba 40 narices por mes y hoy no llego a eso, aunque ha aumentado el número de pacientes. Los ideales van cambiando según las épocas”.
La frase pertenece al cirujano plástico Carlos Mira Blanco, quien es miembro de las sociedades Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y de la Internacional de Estética.
Según el experto, el fenómeno de las lolas prominentes es nuevo, ya que se ha puesto de moda desde hace unos diez años atrás a esta parte y sobre todo en esta parte del planeta: “Se ha incrementado mucho en Brasil, México y Argentina y tiene un impacto muchísimo menor en Europa, donde tienen otros cánones de moda, belleza y autoimagen”.
El universo de mujeres que consultan por un implante mamario ronda entre los 18 y 45 años aunque, para Mira Blanco, “las más jovencitas son más audaces, más inquietas y quieren soluciones más rápidas”.
Obviamente, el asunto cambia cuando de retocarse la cara se trata. Aquí las féminas que cruzaron la barrera de los 40 consultan sobre todo por tratamientos e intervenciones contra el envejecimiento facial. Si se analiza abarcando a todas las edades, el ranking de lo que más piden las mujeres es: nariz, orejas y rejuvenecimiento facial.

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