jueves, 13 de noviembre de 2008

Desnudos en las revistas: al 65% le molestan


Así lo reveló la encuesta de la versión digital de UNO. Hace tres meses empezó el debate sobre los folios negros que deberían tapar las imágenes obscenas

Hace cinco años los quioscos comenzaron a exhibir las revistas eróticas y pornográficas sin el plástico característico que censuraba las partes íntimas de las modelos. Ya no importaba si un niño miraba esas fotos obscenas, pues la rentabilidad estaba primero. Por estos días ese descontrol está cambiando, ya que varias voces han consensuado en que deben volver los folios negros.

En especial los fiscalizadores de Capital y Malargüe alertaron a los vendedores de tapar el material erótico, según cuenta Juan Carlos Pereyra, del Sindicato de Canillitas.

A excepción de algunos vendedores que reclaman que con esta medida venden menos revistas, los quiosqueros en general se han autocensurado por sus valores.

En un recorrido hecho por las revisterías ubicadas a lo largo de la calle San Martín, Ricardo García, que atiende a la altura de Amigorena, contó que por su costumbre católica colocó lo pornográfico dentro del puesto, cosa que si un cliente lo solicita, él se lo muestra.

Como a García, al 65% de los 2.690 lectores que respondieron la encuesta de la versión digital de UNO les molesta que se exhiban revistas eróticas a todo público y horario.

Son 1.752 personas las que contestaron al debate propuesto sobre si “¿te molesta que muchas revistas en quioscos exhiban mujeres desnudas en poses obscenas?”.

Sólo 938 encuestados, que representaron el 35%, dijeron que no les incomoda.


Las voces disidentes
En el quiosco que está a la altura del 779 de San Martín, Guillermo Ruiz se quejó de que hace tres meses fiscalizadores de Capital le advirtieron que debía esconder las revistas pornográficas y eróticas ya que si no serían requisadas. Desde entonces, asegura que la venta de este material bajó 50%. “Estoy fundido, no tengo dinero para comprar los números nuevos. Yo vivo de esto, y si no las puedo vender, mejor cierro”, manifestó.

Juan Carlos Pereyra coincidió en que así las ventas bajaron cerca del 40%, pero aclaró que la medida municipal es sólo de palabra.

En el Gran Mendoza, sólo Godoy Cruz posee una ordenanza de 1978 que prohíbe la exhibición y venta de todo material pornográfico. Diego Gutiérrez, del departamento de Industria y Comercio, aseveró que es prácticamente inaplicable, aunque si notan algo obsceno a simple vista de todas maneras exigen que lo saquen.

El resto de las comunas aducen que no habría suficientes inspectores para cargarse una tarea más.

En lo legislativo, tampoco hay un código que lo regule.

Recién en el próximo Código de Faltas que todavía no se sanciona en el Senado hay un artículo que toca este tema someramente.

El senador Carlos Aguinaga (PD) expresó que en la redacción del código se pensó en las restricciones sobre la pornografía en los quioscos. Finalmente el artículo 82, sobre Ofensas a la decencia pública, quedó redactado así: “El que en lugar público o abierto o expuesto al público, con actos o gestos inmorales, palabras, dibujos o inscripciones obscenas ofendiera la decencia pública, el pudor o decoro personal, será castigado con arresto de hasta diez días o con multa de hasta $1.000, siempre que el hecho no constituya delito”.

Luli es la más solicitada

Este mes la revista Hombre trae en portada a Luciana Salazar, quien por su fogosa belleza provocó que en algunos quioscos la edición se agotara. Eso cuenta Marcelo Álvarez del puesto que está llegando a Alem y San Martín.

La imagen de Luli es por algunos considerada como erótica. Pero dónde está el límite entre lo sensual y lo sexual.

En la misma Hombre del mes pasado aparecen dos mujeres tocándose el busto e insinuando una escena lésbica.

Fuera del debate moral que esto ocasiona, hay una vendedora frente a la Universidad de Congreso que manifestó que si no las cuelga, no las vende.

“Tengo un hijo de 15 años y consideraba que estaba mal exhibirlas, pero ahora creo que si los chicos no ven la pornografía acá, la ven en internet”, opinó.

Con ese criterio, en los quioscos mendocinos hay una infinita variedad de revistas como la Maxim, Sexxxual, Premium, Playboy y Private.


La responsabilidad para las distribuidoras y editoriales
Que en el futuro estas ediciones vengan censuradas con un plástico es algo que deben decidir y hacer las editoriales que publican esta revistas.

“Compete a las distribuidoras exigirles a las editoriales en Buenos Aires que manden las revistas con el nailon que tapa las imágenes obscenas”, aclaró Juan Carlos Pereyra, del Sindicato de Canillitas.

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