miércoles, 17 de diciembre de 2008

El 58% espera las fiestas entre la tristeza y la indiferencia


Eso según la encuesta de la versión digital de UNO, donde se imponen la tristeza y la indiferencia por sobre la alegría para esperar estas Fiestas.

Por estos días hay varios temas que dan vueltas en la cabeza de los mendocinos: ¿Dónde pasaremos la Navidad? ¿Qué vamos a comer? ¿Podré comprar regalos? 
Quienes no pueden manejar esta situación se angustian con tantos preparativos, sufriendo lo que se llama depresión navideña.

Para saber qué provocan estas fechas, la versión digital de UNO les consultó a los lectores: ¿Las fiestas de Navidad y Año Nuevo qué te generan?  De 2.640 respuestas, el 30% dijo que siente tristeza, el 28% indiferencia, y sólo el 42% vive este mes con alegría.

Sumando las primeras dos opciones, tenemos que el 58% es apático a las celebraciones.

Ese sentimiento puede palparse en un recorrido por el centro de la ciudad.

Muchos transeúntes estaban tan ensimismados en sus actividades que, a paso raudo y sin dar nombres, se limitaban a contestar: "No tengo tiempo para detenerme", "Estoy estresada", y "Hay que tomar estas Fiestas entendiendo que el espíritu es el niño Jesús y no las compras", manifestó con seriedad una señora. Eso ya describe un ambiente más nervioso que festivo.

Claro, hubo un par de personas más calmadas que brindaron su opinión sobre esta Navidad. María a Moyano, de Carrodilla, contó que estaba todo bajo control porque "estamos todos juntos, y se decidió que comeremos lo que hay: asado, que en mi barrio cuesta $10 el kilo".

Más alegre, Lina Torrealba, de Ciudad, expresó que espera la Nochebuena con ansias, "porque es una época para amigarse y olvidar los rencores".

Curiosidades para pasarla mejor

Se dice que comprar disminuye la tristeza, ya que se liberan adrenalina y serotonina, sustancias que mejoran el estado de ánimo.

Navidad es la excusa perfecta para hacer regalos, pero si no hay dinero, hay otras formas de liberar serotonina.

Esta hormona es conocida por dar placer y humor. Cuando llegan la primavera y el verano, la serotonina se condiciona a la luz que recibe del organismo, lo que conlleva un aumento progresivo del bienestar y la felicidad con mayor estímulo sexual, producto de las concentraciones de este neurotransmisor en el cerebro.

Así , un consejo es salir a caminar al aire libre, mirar vidrieras y contagiarse del espíritu navideño que hay en las luces y adornos que ornamentan nuestra ciudad.

Eso para empezar, porque según el psicólogo Gastón Cottino tampoco "hay que simplificar todo a un neurotransmisor. Lo de la serotonina puede ser válido, pero estar bien tiene que ver con reconsiderar al que está frente a uno. En las familias en las que se evidencian pérdidas estos momentos sociales actualizan esas pérdidas, entonces mientras más apegados están al ideal de la gran familia, se siente más melancolía, y no se ven los afectos que se tienen al lado. Hay que dejar ese ideal de la familia numerosa, todos juntos en una gran mesa, como los inmigrantes del siglo pasado", aconsejó.

En diversos sitios web como mujer.terra.es, www.parasaber.com, y www.exitoya.com ha tenido gran difusión el tema de la depresión navideña, también llamada "depresión blanca" o "blues de Navidad".

Se acerca la Nochebuena, y con ello un trastorno en el ánimo, que en apariencia se asemeja a las características de una depresión común: la persona se encuentra triste y melancólica durante las Fiestas, tiene una visión negativa de lo que la rodea y cualquier actividad le resultará complicada de ejecutar.

Los factores típicos que desencadenan esto son los recuerdos de seres queridos que han fallecido, el acordarse de los momentos negativos de este año, estar lejos de casa, viviendo o trabajando en otra ciudad, y pretender que nuestra Navidad sea como la que se publicita en los medios, sin los conflictos de dinero y peleas familiares.

Los más propensos a caer en esta depresión son los hijos de matrimonios separados. Por sus circunstancias son más vulnerables en lo emocional, y el hecho de tener que escoger entre pasar la fiesta con el papá o la mamá y el qué pensará el que no resulte escogido, agrega un factor de tensión.

Otro grupo que suele estar más apático es el de la tercera edad. Muchos pueden sentirse relegados en los preparativos navideños.

En www.prensa.com recomiendan rodearse de gente, compartir más con amigos o familiares y conversar los problemas. Hacer una "lista de gratitud" de esas cosas buenas que se tienen y nos rodean. Identificar los miedos, a qué se teme, por qué. Cambiar de ambiente para evitar los recuerdos dolorosos o ayudar a otros para hacer algo útil por el prójimo y a la vez entender que hay personas menos afortunadas que uno.

Por último, buscar ayuda profesional o espiritual si los malos pensamientos y desgano persisten, ya que la depresión es una enfermedad psicológica que implica sentimientos de inapetencia, insomnio, desgano, pérdida de motivación y energía, deseos de llorar y tristeza que duran, como mínimo, dos semanas.

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