viernes, 13 de marzo de 2009

Vuelta a clases: papás creen que el 56% de los chicos está contento

Ese estado de ánimo prima en los niños, según los padres que respondieron al sondeo de UNO digital. El resto se divide entre el fastidio y la falta de interés.

El 56% de los alumnos está contento con la vuelta a la escuela. Así se desprende de la percepción que tienen los papás que respondieron a la encuesta de la edición digital de UNO: ¿con qué ánimo volvió tu hijo a clases? Sin embargo, el resultado arroja otro análisis: más del 40% está en la otra vereda, sintiéndose molesto o directamente indiferente.

En la consulta participaron 2.650 internautas, de los cuales el 56,04% respondió que su hijo volvió a la escuela contento (1.485 votos); 22,83% se mostró molesto con “agarrar” los libros de nuevo (605 votos), y al 21,13% le resultó indiferente (560 votos).

A grandes rasgos, podría decirse entonces, que casi 6 de cada 10 chicos está feliz por retomar la mochila, el guardapolvos y las cinco horas de clases. Pero también, que 4 de cada 10 no lo vive así, divididos entre el fastidio y la falta de interés.

Si bien insiste en que “no se puede generalizar”, Adriana Hunau, licenciada en Psicología y Coordinadora del Servicio de Apoyo al Estudiante de la UNCuyo, advierte que los resultados surgen de “la percepción que el papá tiene de su hijo porque el ‘contento’ o el ‘molesto’ pasó por el filtro de los papás. A veces los preparativos que se generan en la casa hacen que yo tenga tanto entusiasmo por algo que me parece que vos también lo tenés. Habría que ver qué piensan los chicos”.

La psicóloga agrega que las opciones disponibles (contento, molesto e indiferente) también dependen del contexto del chico: “Si para él, el estudio forma parte de su vida cotidiana porque sus padres tienen hábitos intelectuales, es probable que esté contento porque vuelve a algo que está siendo legitimado en su casa.

De igual manera, si se trata de un chico que empleó su tiempo de vacaciones en apoyar el ingreso económico del hogar, puede sentir que está interrumpiendo esa colaboración y entonces sentirse molesto, o por el contrario puede sentirse contento por retomar la escuela y dejar esa otra obligación”.

Por su parte, Alejandro Castro Santander, psicopedagogo e integrante del Observatorio Iberoamericano de Violencia en las Escuelas, advierte que “la respuesta asociada con el ‘contento’ está relacionada con los chicos de la primaria y en general con los más pequeños, porque se reencuentran con sus compañeritos, tienen ansiedad por conocer a la maestra nueva, etc. En cambio, el preadolescente y adolescente se encuadra más en las otras respuestas, porque ellos siguen manteniendo el contacto con sus pares a través del teléfono celular o en encuentros personales”.

El experto asegura que la escuela primaria es “más contenedora”, porque al tener pocos docentes, ellos se convierten en referentes “más estables” para el chico. En cambio, la secundaria se percibe como “más lejana” por la cantidad de profesores que tiene el adolescente, “situación que también afecta a los docentes mismos, ya que les cuesta generar vínculos, porque van de escuela en escuela”.

José Rivas, subsecretario de Educación, sostiene que “el docente trata de brindar lo mejor que tiene para trabajar en una escuela exigente y de calidad, por lo tanto la percepción que puede tener el alumno es una cuestión que se puede modificar durante el año. Muchas veces los sentimientos de los primeros días son contradictorios, pero es cuestión de tiempo”.

Trabajar sobre la motivación

UNO digital les propuso a sus lectores que contestaran a la pregunta: “¿Con qué ánimo volvió tu hijo a clases?” Si bien el 56,04porciento respondió que los chicos están “contentos” con el regreso a las aulas, el resto se divide casi en partes iguales en “molestos” (22,83porciento) e “indiferentes” (21,13porciento).

Así, según sus padres, 4 de cada 10 chicos concurre a la escuela entre el fastidio y la falta de interés. Si se traslada la proporción a un curso promedio, tenemos que 12 de los 30 alumnos no están en el estado ideal para encarar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

¿Cómo, entonces, puede el docente lidiar con estos chicos y al mismo tiempo enseñar?
“Estamos ante un problema, porque el inicio del proceso de enseñanza-aprendizaje es la motivación. El docente se encuentra frente a una gran tarea de motivar a los chicos para que empiecen a prestar atención, y eso implica un lastre, una fatiga que cuesta. Pero es como una máquina que tiene que arrancar, pero una vez sucedido eso, ya está en marcha”, reflexiona el psicopedagogo Alejandro Castro Santander.

La psicóloga Adriana Hunau dice que además hay que analizar qué significa “indiferente”, es decir “cuánto gratifica al chico el sistema educativo, cuánto está respondiendo a sus necesidades”, a la par que respecto del “molesto” insiste en que “habría que ver cuánto este chico ha podido desarrollar o descubrir en la escuela, qué inquietudes lo ligan a la tarea escolar y qué lo perturba porque no tiene que ver con sus intereses”.

Para ella, la indiferencia es un rasgo de la época actual que “puede ser facilitador u obstaculizador. Es obstaculizador si no se lo logra trabajar y puede llegar a facilitar la tarea si se lo trabaja correctamente”.

Castro Santander cierra también con una reflexión: “Habría que preguntarle a los docentes cómo empezaron el año también. Con su situación conflictiva, no sólo por lo salarial sino también por las condiciones de trabajo, de no ver siempre claro un proyecto educativo provincial y nacional. Hoy los docentes no están bien. Es una intriga saber qué pasaría si les hacemos la misma pregunta a ellos”.

Informe: Cecilia Amadeo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vivo de la docencia, el sueldo no me alcanza, las exigencias a la docente primaria son demasiadas, encima tengo que ser madre, esposa y ama de casa, estoy en un aula supercalurosa, los alumnos vienen cada vez más atrevidos, los padres (la mayoria) no te apoyan y te critican, sos blanco de la inseguridad de la sociedad,las maestras comunes que ya alcanzamos los 20 años de ejercicios vemos con horror nuestro desgaste y no hay esperanza de jubilación a los 25 años de servicio,sin límite de edad,hace 10 añosno más era más fácil estar en un aula.¿cóm crees que iniciamos las clase , cuando cada año nos acortan los días de descanso? Saquen sus conclusiones