miércoles, 6 de mayo de 2009

Uno de cada tres encuestados cree que se viene el fin del mundo


Ése fue el resultado del sondeo semanal de UNO, que consultó por el significado de pestes como la gripe porcina y el dengue. La visión de un vocero de la Iglesia.

“No me animo a hacer una identificación tan lineal, directa y proporcional de esta situación que vivimos (por la aparición de enfermedades epidémicas) con las plagas bíblicas. Pero sí deben ser un llamado a todos a descubrir el valor que tiene la vida humana, que las políticas sociales deben estar al servicio del hombre y no de otras instancias”. Así reflexionó Marcelo De Benedictis, vocero del Arzobispado de Mendoza, al analizar los resultados de la encuesta semanal de la versión digital de UNO, que preguntó si estas epidemias están preanunciando el fin del mundo.

De los más de 3.800 participantes, el 51,82% (1.975 votos) estimó que la gripe porcina (o influenza A) y el dengue son hechos aislados que nada tienen que ver con el Armagedón, mientras que el 31,72% (1.209 votos) vio en ellos una relación directa con el fin de los tiempos. En tanto, el 16,46% dijo directamente “no sé” (627 votos).

Las tres grandes religiones monoteístas (la católica, la judía y la islámica) incluyen en sus textos sagrados descripciones sobre el fin del mundo. En el caso de la católica, estas imágenes están plasmadas, entre otros, en el Apocalipsis de Juan, que es el último libro del Nuevo Testamento.

En él se presentan espantosas catástrofes y luchas que golpearán al mundo antes de la segunda venida de Cristo, y aparecen los Cuatro Jinetes del Apocalipsis que, montados cada uno en un caballo de un color característico, representan la peste, la guerra, el hambre y la muerte.

A los cataclismos ocurridos en los últimos años, como el tsunami que arrasó con la costa oeste de Indonesia en diciembre de 2006 o los terremotos ocurridos recientemente en Japón e Italia, se le suman por estos días el surgimiento de la gripe A (que amenaza con convertirse en pandemia) y el brote epidémico local de dengue, movilizando todo un imaginario popular que les adjudica el status de señales del fin del mundo.

De Benedictis afirmó que “por estos días (con la gripe A y el dengue como telón de fondo), al igual que pasó cuando cambiamos de siglo en el 2000, surgen nuevamente grupos apocalípticos, que siembran el terror y el miedo, movimientos que se asocian normalmente a sectas”.

Sin embargo, el sacerdote sostuvo que el sentido del Apocalipsis es otro: “Las sagradas escrituras siempre han visto al fin del mundo como el día del Señor, un día de alegría y de gozo. Incluso el libro del Apocalipsis termina diciendo: ‘Maranatha... Ven, Señor Jesús’. El hombre bíblico veía acercarse el fin del mundo en la línea gozosa, de la esperanza, de la liberación. Por eso yo no acentuaría tanto los aspectos catastróficos o las convulsiones cósmicas que aparecen en el Apocalipsis. Son signos que tienen una larga tradición bíblica y hay que entenderlos como marcos de interpretación de distintos momentos de la historia que nos ayudan, en forma continua, a evitar el mal y hacer el bien”.

De Benedictis advirtió que el Apocalipsis –libro que el sacerdote confiesa que ha sido un pilar en su vida espiritual– “hace un llamado urgente al presente, impulsando a la historia hacia adelante, no sólo en la línea del mal, de las plagas, de las catástrofes, sino por sobre todo del triunfo del bien sobre el mal, especialmente en las obras de justicia, en las obras solidarias, que es la urgencia que tenemos hoy. Dios tiene un mensaje de vida y de esperanza, y no de terror. El shalom que Jesús promete en su resurrección, ‘paz a ustedes’ significa plenitud, justicia social y armonía”.

“Purificarse para resurgir”

La aparición de enfermedades epidémicas como la influenza A o el dengue reavivó el debate acerca de si estas plagas no estarían preanunciando el fin del mundo, tal como se advierte en el Apocalipsis de Juan, el último libro del Nuevo Testamento de la religión católica.

Ésta es la pregunta que UNO, en su versión digital, les hizo a sus lectores en los últimos siete días.

Para la chamana y experta en magia talismánica Azucena Agüero Blanch, que cobró fama por ser “la bruja” de Menem, más que señales del Armagedón, “esto que nos pasa es para purificar a la humanidad y creo que hay un día y una hora para morir, pero también una día y una hora para disfrutar de la vida”.

En este sentido, Azucena llamó a no confundirse: “Ahora todos hablan con los ángeles o dan clases de reiki. No se puede dar energía al otro si no se tiene energía para uno mismo”.

Y advirtió que hay que aprovechar las épocas de crisis “para purificarse y así poder resurgir. Éste es el universo donde son todos ‘caretas’, tenés que tener una súper casa y una 4x4 porque si no, no sos nada. Eso no debe ser posible. La gente se ancla en la parte material, pero si purificamos nuestras almas estas enfermedades se van a curar en cinco minutos, porque son enfermedades del alma y nosotros atraemos lo que queremos”.

¿Rumbo al armagedón?

Dengue, gripe porcina... ¿Estamos frente a las plagas que preanuncian el fin del mundo?

22 de diciembre de 2012 es la fecha en que el Sol, según las profecías mayas, recibirá un rayo sincronizador del centro de la galaxia con el que se iniciará un nuevo ciclo. Será “el fin del mundo del materialismo y la destrucción en que vivimos y el inicio de una nueva etapa de respeto y armonía”, dicen sus creyentes. Antes de ese día, la humanidad deberá optar entre desaparecer como especie pensante que atenta contra el planeta o evolucionar hacia una nueva era de integración con el resto del universo.

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